No sé cómo ha pasado. Bueno sí, sí lo sé.
Todo empezó con una pachanga entre padres del cole un jueves por la noche, que acabó con uno vomitando Aquarius en la red. Pero vamos a ponerle un poco de épica, que esto es Testimonios de la Pista.
Yo solo quería competir un poco. Picarme. Hacer deporte sin dejar de ser un adulto medio funcional. Pero claro, uno empieza a jugar con los padres del cole, luego se mete a mirar Playtomic cada media hora como si fueran acciones de Tesla, y acaba con una pala de 300 euros que pesa más que tu hijo de 5 años. Por supuesto, pala que usas fatal. Pero da igual. Porque te sientes Galán.
Y ese es el problema.
De padre de familia a analista táctico de sofá
Cuando me di cuenta ya tenía 12 grupos de WhatsApp: “Padel Jueves”, “Padel viernes si se apunta Javi”, “Padel con suegras”, “Padel con ex del curro”. Y así. Todos muteados, claro. Porque cuando empiezas a decir cosas como:
— “Lebrón tiene el mejor primer paso del circuito pero necesita un sistema que le libere más el revés…”
…te dejan de contestar.
Así que decidí ver todos los torneos posibles.Riad, Gijón, Cancún… incluso el FIP de Zambia si hace falta. Y ahí estaba yo: en el parque con mis hijos, móvil en horizontal, viendo un Stupa vs Yanguas con comentarios en árabe, mientras empujaba el columpio con la pierna y comía gusanitos del suelo.
Fui feliz. Hasta que me enfadé.
“¡No puede ser que nadie esté diciendo lo que yo veo!”
Y ahí me encendí. Porque veía crónicas “objetivas”, titulares planos, y análisis más tibios que el agua del termo. Y yo pensaba: ¿nadie va a decir que Coello se ha pasado medio torneo cojeando y aún así se ha follado a media tabla? ¿Nadie va a decir que Gemma y Delfi están jugando como si se les debiera dinero?
Y así lo decidí. “Voy a montar mi propia web de pádel. Pero que se cague todo dios. Nada de notas de prensa. Aquí se viene a opinar como si estuvieras tomándote un vermú. Aquí se habla como en el grupo de los jueves, pero con comas.”
Nace The Big Smash Theory

Y claro, me vine arriba. Nombre, logo, y a correr. ¿Tengo estudios de periodismo? No. ¿He hecho alguna entrevista? Tampoco. ¿Sé lo que es SEO? Poquito. Pero tengo más partidos vistos que todos los redactores de Marca juntos, y si hace falta me trago dos partidos de previa a las 2AM para decir que fulano no tiene piernas para un cuadro final. Y así estamos.
Aún no me he peleado con medio Twitter. El grupo de WhatsApp del cole me tiene en silencio permanente. Mi hijo me dice “papá, deja el padel y juega conmigo”. Y yo le digo “Ahora no, que están en semifinales Galán y Chingotto, y hay tensión en el banquillo”.
¿Arrepentido? En absoluto.
El pádel necesita más voces. Más pasión. Y un poquito más de cachondeo. Y yo vengo con todo.